Lo admito, adoro Madrid. París, Londres o New York... todas espectaculares, pero... ¿no lo es también Madrid? Y es que tenemos la suerte de tener una bonita capital, llena de rincones bohemios, cosmopolita, divertida, elegante y moderna.
Quizá, la mayor obra arquitectónica del sitio XX y XXI son los rascacielos. Gigantescas moles de pisos, uno detrás de otro, que realzan el poder del ser humano sobre el resto de especies, limitadas a pisar el suelo. Cuanto más alto, más se convierte en un símbolo de poder. Actos como el 11S demuestran como un rascacielos puede convertirse en el emblema de una nación.
Volamos durante horas a New York para ver miles de rascacielos, edificios arquitectónicamente modernos, pero.... ¿Nos hemos detenido alguna vez en los rascacielos que rozan el techo de Madrid?
Hace poco, una entrevista con una empresa me situó en plena Castellana. Anochecīa, por lo que sus luces comenzaban a encenderse y, al mirar hacia arriba, me sentí pequeña.
Una maravilla ruta de rascacielos me recordó que cada vez estamos más cerca de tocar el cielo...
Sal a pasear y fijate en ello, antes de una cena o de una ruta de tapas. Dédica un tiempo en ver, fotografiar y disfrutar de ellos. Son tan impresionantes o más que la ciudad más alta del mundo!
Laura
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