Está claro que por ese precio el bar se llena, y tendrás que ser rápido para no esperar grandes colas para llenar tu plato o quedarte sin algo. Al principio siempre hay más gente (primera ronda), luego la gente se relaja mientras come y resulta más sencillo coger lo que te apetezca. Lo más difícil de coger son las pizzetas, se acaban en seguida y aunque siguen y siguen sacando, al final la cena se convierte en una olimpiada en quien coge antes tu triunfo italiano.
En nuestro caso pedimos de beber un Aperol Spritz, típico italiano y que entraba en el precio! Además se nos dio muy bien la captura de la comida, comiendo de todo y varias veces sin esperar prácticamente nada. Salimos llenos y más que satisfechos!!
Por todo ello, el plan es muy económico, diferente y completo. 5€ que te transportan a las costumbres italianas y con lo que cenas más que de sobra!!!
Laura!
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