Tengo que confesar que me encanta este sitio situado en la Calle del Prado 15. Cocinan estupendamente, es súper agradable y además son un verdadero encanto.
La primera vez que fuimos, llegamos casi a las cuatro y no sabíamos sí íbamos a poder comer ya o no (Madrid cada día es más europeo para esto de los horarios y los que tenemos jornadas de trabajo intensivas no lo tenemos muy fácil muchas veces). El caso es que todo fueron facilidades, nos aconsejaron de maravilla, nos comentaron alguna receta y pasamos una velada de las que se recuerdan para bien. Claro que la compañía también hizo mucho ;-)
Nos gustó muchísimo todo lo que pedimos: cerezas de foie, croquetas de chipirones con alioli de pera (espectaculares), burrata al pesto, tartar de salmón y de postre un helado Dracula casero (sí, inspirado en los dráculas que tomábamos cuando éramos críos).
Además, De Rodríguez y Salas es una vermutería con una variedad importante que probar, al ritmo de DJ,s. Vamos, un local supe versátil y donde te encuentras súper a gusto. Desde luego, muy recomendable y, sin duda, volveremos.
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