Esta vez, nos pusimos camino a Segovia. Primera parada en Sepúlveda, uno de los pueblos más grandes de la zona y muy cercano a las Hoces del Duraton.
Las hoces sin un parque natural asombroso, lleno de acantilados y un enorme lago por donde hacer diferentes deportes. Como la temperatura de esta época no acompaña, simplemente las vistas son espectaculares.
En función de la época del año, podremos ver buitres volando por encim de todo el parque natural.
La parada en Sepúlveda vino acompañada de la compra de pastas artesanas tradicionales y una caña con un bollo preñado, o como ellos lo llaman allí, un pedruscrito! Recomendamos el bar "el panadero", con su antiguo piano de madera que preside la entrada! Y la verdad es que está buenísimo, pan de pueblo relleno de chorizo y Bacon!
Para las compras elegimos una pastelería en frente del bar, donde las tartas de manzana son impresionantes.
Ya con hambre, nos fuimos a casa de unos amigos, en un pequeño pueblo cercano, Urueñas.
Allí, habían preparado una enorme cacerola de migas caseras con panceta, riquísimas, acompañadas de un rico vino de la zona! Una casa preciosa muy rural, donde el calor de la estufa nos hizo olvidar el frío segoviano de esta época.
Y es que, con una pequeña escapada y buena compañía, ya hemos cargado de sobra las pilas para el resto de la semana!!
Laura!
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